Desde que los surfistas de California empezaron a bajar cuestas sobre ruedas hace décadas, esta modalidad se ha desarrollado mucho. Cualquier cosa con ruedas te servirá para pasar un buen rato, pero hay muchas disciplinas de longboarding, y algunos longboards son más adecuados que otros según la que quieras practicar: cruising, carving, downhill, freestyle, dancing...
Si vas a comprarte tu primer longboard y no sabes cómo decidirte, sigue leyendo, te explicamos lo principal que necesitas saber para hacerte con el que mejor te va.
Lo primero es tener claro que lo que quieres no sea un skate. Puedes echarle un vistazo a nuestra Guía Completa de Skate, o a este artículo de nuestro blog: Comprar mi primer skate
El longboard está más pensado para pasear (cruising), bajar cuestas prolongadas (downhill), imitar el surf y el esquí (carving), bailar y hacer giros sobre la tabla mientras te desplazas (dancing/sidewalking) o freestyle, ¡lo que te de la gana en cada momento! Puedes usar nuestros filtros para ver los longboards más adecuados para cada estilo (los de downhill están en cruising).
En general, hay mucha variedad de formas y tamaños. Las medidas van desde las 22 pulgadas hasta 47. Los materiales y construcción de las tablas también pueden ser muy diferentes: los hay de arce canadiense (rígido y resistente), de bambú (ligero y flexible), de olivo, reforzados con fibra de vidrio, etc.
Los longboards perfectos para pasear. Podemos diferenciarlos principalmente por su tamaño. Los hay muy pequeños, que se suelen llamar Penny (por la marca que los popularizó) o mini-cruisers.
Suelen ser de plástico, muy pequeños (sobre las 22 pulgadas) y tienen la ventaja de pesar menos y ser más fáciles de llevar en la mano.
El resto tienen tamaños muy variados. Hay quien lo clasifica incluso como algo intermedio entre el skate y el longboard, ya que los más pequeños no se adaptan literalmente a lo que sería un “longboard” (tabla larga). En Fillow sin embargo lo incluimos junto con los longboards por el tipo de uso que se les da, normalmente más pensado para desplazamientos que para trucos.
La diferencia con los skates y con el resto de longboards es principalmente la forma de la tabla. Aunque los podemos encontrar de formas muy variadas, lo más común es que no tengan cóncavo, como las tablas de skate, y que a lo largo también sean totalmente planas o sólo tengan tail (la parte de atrás levantada), para poder levantarlo pisando en esa zona.
Los ejes suelen ser también pequeños, similares a los de skate, aunque generalmente altos, para permitir el uso de ruedas grandes sin que éstas lleguen a tocar en la tabla.
Las ruedas son más grandes que en skate, aunque en bastantes modelos son más pequeñas que en el resto de modalidades de longboard, o al menos tienen la superficie de contacto con el suelo más estrecha. Es importante que se adapten lo mejor posible al terreno por el que quieres moverte, y para eso hay que tener en cuenta la forma (por la anchura de la parte que apoya sobre el suelo. Cuanto más ancha, más adherencia y la dureza (durometer), que suele medirse en la escala A o la B, más un número, que es mayor según aumenta la dureza.
Si son blandas, se adaptan mejor a todo tipo de terreno, pero alcanzan menos velocidad. Las más duras son más rápidas pero más incómodas en terrenos poco lisos. Aquí tienes una tabla orientativa de las escalas de dureza:
A |
B |
100 |
85 |
95 |
81 |
90 |
76 |
85 |
71 |
75 |
62 |
Por lo demás, ¡lánzate a por el que más te guste!
El carving es un estilo de patinar, que también se llama así por ejemplo en esquí. Consiste en avanzar zigzagueando con el longboard. Para ello, necesitamos que los ejes ofrezcan suficiente movilidad como para poder virar la dirección apoyando el peso del cuerpo sobre un lado u otro de la tabla.
También en esta categoría incluimos los surfskates, pensados para imitar el movimiento de la tabla de surf sobre las olas, y que puedas surfear el asfalto en los días sin olas. Los ejes de surfskate han tenido un gran desarrollo en los últimos años, mejorando cada vez más. Actualmente, la mejor tecnología es la que ofrecen los ejes basculantes de los surfskates Yow, que además tienen la opción de dejarlos fijos para convertir el surfskate en un cruiser cuando quieras.
Como decíamos antes, downhill es la bajada de pendientes prolongadas, ya sea tranquilamente o a la máxima velocidad posible. Es la modalidad más rápida, más excitante y también la más peligrosa dentro de todas las prácticas con longboard, ya que suele hacerse en carreteras abiertas. Puede ser desde un pasatiempo atrevido hasta un verdadero deporte extremo, especialmente en carreras (“slalom”).
La longitud de la tabla varía mucho (entre 37 y 43 pulgadas). Las más cortas te harán sentir algo más inseguro, son menos estables a grandes velocidades, pero por otro lado a mayor longitud, menos maniobrabilidad. Para esta modalidad interesa que la tabla sea fina y rígida, las variedades flexibles quedan descartadas.
Si eres principiante, agradecerás la estabilidad que ofrecen los longboards de tipo “drop through”. Tienen los ejes montados al nivel de la tabla, por lo que el centro de gravedad queda más bajo.
Para nivel intermedio o avanzado, es más recomendable un longboard que tenga los ejes montados debajo de la tabla (“top mount”), porque son más rápidos, ofrecen mejor agarre en las curvas y es más fácil frenarlos. También son perfectos para empezar, siempre que vayas con precaución. Algunos llevan la tabla recortada en la zona cercana a las ruedas, para evitar roces en las curvas.
El downhill normalmente se hace de pie sobre la tabla, agachado para reducir la resistencia contra el viento, aunque también hay quien lo hace tumbado de espaldas, con los pies por delante, que es la posición más aerodinámica y que ofrece mayor control sobre la tabla. Aunque la segunda opción pueda parecer más atrevida aún, en realidad puede resultar más aburrida, ya que no ves lo que ocurre y el control es tan bueno que no es difícil que te aburras.
La sensación de velocidad es increíble, aunque si vamos a los datos exactos, en realidad no es tanta para lo que estamos acostumbrados: 100 Km por hora, o hasta 128 si intentas batir el récord mundial. Pero claro, serás tú solo contra el viento, y sin agua o nieve para amortiguar la posible caída. El casco es imprescindible, y todas las demás protecciones, muy recomendables.
Freestyle o freeride o slide o como prefieras llamarlo, porque se basa en hacer lo que mas te apetezca. Dentro de este estilo incluimos el dancing, una práctica que se está poniendo muy de moda. Consiste en hacer pasos y giros sobre la tabla a la vez que te desplazas con ella.
En esta modalidad buscamos que la tabla sea rígida y bastante larga (ideal 38-42”), el ancho es menos importante, generalmente va en relación a longitud, y es entre 8.5 y 10.5 pulgadas. Cualquiera de esas medidas te irá bien.
Para conseguir la máxima estabilidad, puedes optar por un longboard de tipo “drop platform”. Estas tablas tienen la parte entre los ejes más baja, para conseguir un centro de gravedad más bajo y por lo tanto más estable.
Para dancing sin tropiezos o si quieres que pese lo menos posible, los de tipo “drop through”, también son una buena opción. Son planos, el agujero les resta algo de peso y también tienen un punto de gravedad bastante bajo.
En cuanto a las ruedas, las de bordes rectos te mantendrán avanzando en línea recta más fácilmente si vas a hacer baile, pero para estilo libre son preferibles los bordes redondeados, que hacen más fáciles las curvas y giros.